jueves, 6 de abril de 2023

Ay mi mente!!!

 Mi cerebro tiene la extraña habilidad de recordar algunas frases o cosas que, inevitablemente, me ponen en guardia cada vez que la ocasión para aplicarlas se presenta.

Alguien una vez me dijo: todo lo que te digan antes de “pero” no lo tomes en cuenta. Y aunque por supuesto me olvidé del autor de tan memorable advertencia, cada vez que escucho esa palabrita -que en rigor de verdad es solo una conjunción coordinante que denota oposición o diferencia entre la frase anterior y la que sigue- sé que todo lo que me dijeron antes, mejor me lo olvide, porque lo que realmente quisieron decir es lo que le siguió. De todas formas, parece que no mucha gente conoce este “secreto”, por lo que en el fondo siento que tengo la extraña y rara ventaja de darme cuenta de lo que en realidad la gente quiere decir, sobre todo teniendo en cuenta que en general lo anterior al “pero” suele endulzarte los oídos para poder luego despacharse sin tapujos con la frase posterior.

La otra cosa que mi cerebro no puede dejar de olvidar es algo que me dijo una amiga hace poco y si bien podría considerarse poco científico, el porcentaje de aciertos es como para tomarlo casi como una verdad revelada.

Bueno, acá va y espero que no les pasé lo mismo que a mí a partir de ahora.

“Cuándo te pica la palma de la mano izquierda, vienen malas noticias”.

Y ahí voy por la vida desde hace unos meses, preocupándome cuando la palma de la mano izquierda me empieza a picar (cosa que hasta ahora nunca había notado con la asiduidad que me pasaba) y esperando la confirmación de la profecía.

De todas formas, reconozco que existen los opuestos y que toda acción tiene su reacción, además de lo que todos sabemos de el “ying” y el “yang”, elegí creer -cosa que allá por diciembre del 2022 aprendimos que conviene hacer- que cuando la que te pica es la palma de la mano derecha, las noticias van a ser buenas.

Por cierto, mi mente también guarda una gran cantidad de datos absolutamente innecesarios, pero que están ahí inamovibles, aun cuando su utilidad para la vida diaria sea casi nula.

Les cuento uno: En Inglaterra todos los cisnes eran de la reina.

Pero nobleza obliga, investigué el tema mientras escribía esto y resulta que solo era dueña de los cisnes mudos de las aguas abiertas de Inglaterra y Gales. Quizá ahora que sé que el dato no era tan verídico, mi cerebro por fin decida moverlo a otro casillero para luego, con el tiempo, dejar que se desvanezca como pasa con tantas otras cosas que, con los años aprendí y ya no recuerdo.

¿Hay algo que tu cerebro no te deje olvidar? ¿Hay algo que siempre le recuerde a tu mente estar alerta o preparada? ¿Es mejor saber estas cosas o seríamos más felices ignorándolas?


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