Soy Andre Milovich, profe de Yoga y Reikista sistema Usui…aunque en realidad donde yo vivo ya soy más Santosha que otro nombre!
La verdad es que nací en Capital Federal hace muchooos años y la vida (y marido claro) me trajeron a Chivilcoy. Me gusta creer que en otras vidas ya anduve por acá y que en realidad solo volví a casa,
porque lo cierto es que me siento mil Chivilcoyana.
Santosha nace tímidamente hace más de tres años, trabajaba en una oficina de seguros y al mismo tiempo daba clases de Yoga para niños. Sin duda la pérdida de mi papá, luego de una larga y durísima enfermedad, me llevó a buscar en el Yoga la forma de amigarme con esa tristeza profunda a la que además después de un tiempo me di cuenta que le tenía miedo; si! Miedo! Terror! a que se apodere de mi, a no poder soltarla, a no poder volver a sonreír y disfrutar, pasaron muchas otras “señales” en el medio que contaré en otro capítulo.
Una frase se que quedó en mi… “viniste a ser feliz, no te distraigas” y así un día renuncie a la oficina y ayudando a marido con otras cuestiones aprovechaba mis viajes a Capital y traía esos sahumerios que amaba y acá nos costaba conseguir y Palo Santo claro… naturalmente empecé a traer para quienes me iban pidiendo e incorporando cosa de a poco.
Después claro llegamos a Instagram, por la fuerza y el empuje de Germán que insistía en que abra uno para mis sahumerios y cositas (increíble pues él no tenía Instagram y más bien que ni le gustaba); pero accedí!
Y allá por 2019 abrimos la cuenta y claro que pandemia no tardó mucho en llegar.
Estudie, mire tutoríales, escuche y leí todo lo que pude pues tecnología cero, pero si sabia que escribir mis posteos, pensarlos y hacer fotos se habían vuelto algo tan lindo, divertido y natural que en un momento sentí como que había abierto una puerta que hace rato estaba bloqueada y encontré un lugar donde poder expresar todo eso que ni sabía que sabía o que tenía dentro, y si no lo sabía… investigar y explorar se volvió algo tan bello que amo hacerlo!
Somos de esos que creemos que la pandemia nos empujó y hasta ayudó, crecimos en pandemia, atrás del celu o la compu respondiendo mensajes o llevando sahumerios a domicilio que olían más a alcohol que sahumerios en ese momento.
Después naturalmente llegó él Chourumm del amor (así le decía yo a un espacio que habíamos armado en casa para vender pues la casa estaba tomada por Budas, lámparas de sal, veladores marroquí y quemadores de palo santo que marido fabricó en pleno encierro)… y naturalmente también llegamos a Santosha en el centro de Chivilcoy donde hoy no podemos estar más agradecidos y felices de estar!
Hay mucho más por contar y escribir! Pero por ahora bienvenid@s a nuestro espacio especial!